viernes, 26 de septiembre de 2014

¿Por qué no hay series románticas y sí canales para chicas?

Puede que hoy tenga un día más tonto de lo normal o puede que el menú seriéfilo del día no haya ayudado demasiado a la situación. Para comer me puse (por segunda vez) con el piloto de A to Z, una serie que estrenan la semana que viene en Estados Unidos. Y la sobremesa fue para Ciega a citas, la serie de Cuatro que hoy llegaba a su fin. Eso unido a que he escrito un post sobre la primera de las series para Series de Bolsillo me ha dejado con una duda: ¿por qué no hacen series románticas y se inventan canales para chicas?
En el post en cuestión (aquí) no había sitio para tanta reflexión, así que me la he traído aquí. A to Z es una serie que narra la relación de un chico y una chica con grandes toques de romanticismo por parte de él y un argumento que bien podría ser el de cualquiera de las miles de películas románticas que nos ofrece -para mi gozo y el de muchos más- la industria cinematográfica cada año. 

Pensándolo mientras veía el primer episodio me daba cuenta de que he visto pocas series que se puedan tildar de románticas y puede que la más evidente fuera Vacaciones en el mar, que tiene la friolera de 37 años. No deja de resultar cuanto menos curioso, teniendo en cuenta que hoy en día se hacen series que tratan temáticas tan diversas como vampiros, hombres lobo, terror, misterio, policiacas,... Luego me he acordado de Diario de una doctora, una serie alemana con bastante años que también incluirse en este reducido club. 
¿Por qué no hacer series románticas y que no sean telenovelas? Me refiero a productos que vayan en la línea de las películas en que chico conoce a chica, se enamoran, se enfadan y al final se solucionan todos los problemas y se casan; sin más cosas alrededor que un embarazo sorpresa. 

El argumento no puede resultar más sencillo y a buen seguro que tendrían buena acogida. Para muestra la serie de la que os hablaba antes que hoy terminó en Cuatro, que aunque tenía ciertos aires telenovelados, suponía una vuelta de tuerca y agradaba a la audiencia a pesar del maltrato recibido en los últimos meses por parte de la cadena. Aquí una comparación entre Ciega a citas y las películas de Bridget Jones.
Teniendo en cuenta que hoy en día crean canales de televisión para chicas -algo que nunca entenderé partiendo de que no creo que existan series para mujeres- este tipo de propuestas serían ideales para llenar su parrilla. Su política es emitir productos pensados para el público femenino, qué hay más típico que crear que las comedias románticas son para chicas.

Entre el reality de novias que buscan vestidos espectaculares en Beverly Hills y los programas de reformas en arreglan casas que son una ruina en cuatro días y triplican su valor iría perfecto uno o dos capítulos de este tipo de series. ¿Si en las películas, incluso en la literatura, esta temática funciona, por qué no iba a hacerlo en la televisión?

Hablando de los canales femeninos (este adjetivo suena aún peor), ¿sabéis que en España tenemos cuatro de estos canales? Pronto se pondrá en marcha Fox Life y acompañará en la parrila a Cosmopolitan, Divinity y Nova. De momento sólo hay un canal masculino, que es Energy. ¿La paridad no era esto, verdad?

martes, 16 de septiembre de 2014

Estar soltero engorda

Con la cantidad de estudios de todo tipo que existen hoy en día no he encontrado explicación científica al titular de este post. No por ello es menos cierto. Más de 30 años de soltería demuestran que es cierto: viviendo sola, o solo, se come más que en pareja.

Olvidaros de la creencia esa de que los hombres echan barriguita cuando se casan y que las mujeres dejan de cuidarse en cuanto han entrado en el vestido de novia. Tan poco cierto como que cuando se está soltero uno cuida más su alimentación para resultar atractivo a los demás. Bueno, esto último pudiera ser, pero no se lo ponen nada fácil. 

Y no estoy hablando de la relación que existe entre emociones y comida, por la que cuando estás triste por no tener novio te pones hasta el moño de helado y patatas fritas. No, hablo de cosas mucho más simples, como el hecho de hacer tres comidas a lo largo del día con una mínima dignidad.


Para comer solo en un restaurante tienes que armarte de valor -más que para ir sin acompañante al cine, llevarte un buen libro/ebook/móvil o cualquier dispositivo que te permita permanecer absorto en algo ajeno a las miradas que te lanzan por estar solo. Luego prepárate a analizar la carta con todo detalle a ver si hay posibilidad de que te pidas un entrante o un postre junto con el plato principal.

Ya te lo digo yo: no la hay, salvo que lleves un día sin comer y puedas hacer frente a aperitivos cuyas cantidades son para compartir, entre dos, tres e incluso cuatro personas; o un postre que contenga las calorías necesarias para alimentarte durante dos días.

Pues nos quedamos en casa. ¿Habéis probado a pedir comida a domicilio para uno sólo? Yo hace años que desistí en el intento. Me busco alguien para compartirla o procuro que sea algo que se pueda conservar para el día siguiente. En caso contrario acabo teniendo la sensación de que soy Miranda (Sexo en Nueva York) y que quien está al otro lado se ríe de mi como ésta.


A mi nunca me han dicho eso de que pido lo mismo todos los días, pero sí que si no quiero nada más. Un ¿nada más?, ¿nada más? que suena a como si te estuvieran echando en cara que no tuvieras nadie con quien compartir la cena. Conclusión: pides por dos para evitar que al otro lado del hilo telefónico no crean que estás solo.

Pero no es que los operadores de comida china se pongan en plan hater con los solteros. Las empresas de comida preparada del súper también. Todo son raciones para dos, desde unos tristes macarrones al queso hasta las pizzas frescas. Y ya que cenas/comes solo, ¿vas a dejar la mitad del plato para luego, cuando sabes que no va a haber quien lo coma? Pues no, te zampas las dos raciones y te quedas tan ancha.

Y digo yo, en la época en la que los singles son un fenómeno social ampliamente reconocido, y hasta reivindicado, ¿por qué no hacen raciones de comida individual?

domingo, 7 de septiembre de 2014

Vuelta a la rutina, que vuelve con sorpresa

Por lo general la gente hace propósitos el 1 de enero (perdón, al día siguiente) o el 1 de septiembre. Yo soy de las que llega tarde a eso de preparar los propósitos y lo que hago el 1 de septiembre, con eso de volver a la rutina, es empezar a pensar en mis nuevos propósitos para el curso/temporada/año/franja previa a las próximas vacaciones. También leer (y reírme mucho) con artículos en que te dan consejos para hacer más amena y divertida la vuelta a la rutina.


No es que yo sea así de dejada, es que el 8 de septiembre en Asturias es fiesta y, seamos francos, no compensa ponerse a pleno rendimiento cuando sabes que tienes un puente por delante. Así que así me encuentro yo hoy, envuelta en la vuelta a la rutina un día antes de lo previsto.

Ya anoche me sentía yo demasiado productiva mirando cosas atrasadas y esta mañana he empezado a organizar y gestionar cosas. Una mañana de domingo dedicada a eso. Y entre las cosas que había que revisar estaba el blog. Qué hacer con el blog, concretamente. Pues a echarle un ojo. 

Vuelven, como no, los propósitos de actualizar de seguido, darle cierta continuidad y quizás, incluso, centrarlo en una temática concreta (alguno que yo me sé estará así o_O al leer esto). Vamos mejorando, porque lo que he desechado por completo es cambiarle la imagen. Con lo que me gusta a mi la máquina de escribir rosa.

Y ahí fue donde me encontré la sorpresa: han desaparecido todas las fotos del blog. Bueno que quizás sería más adecuado decir que he hecho desaparecer todas las fotos del blog con mi extrema necesidad de tener limpio el móvil y tener espacio libre. ¿Para qué quiero tener aquí las fotos de los blogs? Todas eliminadas. Y mira que me llevó tiempo y trabajo, pero...

Así que ahora no me ha quedado otra que en actividades de vuelta a la rutina está: recuperar fotos borradas de todas las entradas. Cosas de volver un día antes. Ya tuve tarea.
 

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