domingo, 5 de enero de 2014

Hatufim, para descubrir un poco de Israel

Me echaron ayer en cara que cómo podía ser que escribiendo en varios blogs y dando guerra a otra gente para que se hiciera el suyo propio no tuviera un blog propio de series. La respuesta es la habitual en estos casos: no me da la vida (lo cual es muy cierto), acompañada de puedo escribir de series siempre y cuando quiera en mi blog. Anda, mi blog, a ver desde cuando no escribo.... el verano pasado.

Pues bueno si hay que escribir en un blog propio de series se hace, qué problema. Y, ¿de qué escribir? Pues de los propósitos seriéfilos de Navidad. Que sí, que la gente piensa en propósitos cuando empieza el año nuevo, pero yo me los propongo cuando hay vacaciones en el calendario seriéfilo y qué queréis que os diga, los cumplo mucho mejor que eso de mejorar el inglés y ponerme a dieta.

Teniendo en cuenta el mal ritmo que llevaba esta temporada de series temía que en Navidad no pudiera cumplir ni la mitad de lo previsto. No ha estado mal porque incluso he introducido alguna serie que no estaba prevista. Pero a lo importante: ¿qué es lo mejor que he visto? Hatufim, esa serie en la que se basó Homeland y que no se parece en nada a Homeland.


Ahora es cuando llega el momento de soltarse el pegote de que he visto una serie israelí porque ya no me llega ni con las norteamericanas. No, no es por eso. Pero lo cierto es que viene muy bien ver qué hacen en otros países más allá de los EEUU y el UK. Que ya sabemos que lo hacen bien, pero tampoco se les da mal a los nórdicos ni, por lo visto, a los israelís.

El verano pasado lo dediqué a ver series noruegas y danesas y me gustó  mucho. Una vez acostumbrada a no entender nada de lo que dicen e ir leyendo subtítulos puedes descubrir cosas de lo más interesante. Y eso es lo que me he pasado con Hatufim. Más allá de la trama, que lo cuentan muy bien en sus blogs Mobius  y Ainhoa, sirve para descubrir un poco más de Israel más allá del drama que es la vuelta a casa de unos soldados que estuvieron retenidos durante 17 años como prisioneros de guerra.

Sí, soy una ignorante de la vida que poco más no sabe situar Israel en el mapa y tardó en enterarse de que el conflicto en cuestión era con Líbano. Bueno, lo de que hablaban dos idiomas diferentes tuvieron que decírmelo y ya luego me puse yo a investigar por mi cuenta.

En Israel son mayoría judíos, mientras que en Líbano musulmanes. Y en este último país hablan árabe, pero en el otro sobre todo hebreo. Escriben de derecha a izquierda, al igual que leen los libros (y yo el periódico), pero los números los escriben de izquierda a derecha y con nuestra misma grafía. ¡Un lío, vamos!

El servicio militar en Israel es obligatorio, igual que aquí antes, pero también para las mujeres. Ellos tienen que estar tres años y ellas sólo dos, pero ojo, que si estás casada te libras. También si eres madre, estás embarazada o eres religiosa.

Y uno de los grandes descubrimientos de esta serie es conocer algo del Mossad. Sí, que todos habíamos oído hablar de él, pero viendo lo visto, la CIA no les llega ni a la rodilla. Menudo trabajo que tienen y menuda involucración por parte toda la sociedad. ¡flipante!

Hatufim es un drama que se centra más en lo personal que en tramas sobre si se es o no espía y en las escenas familiares es donde acabas por enamorarte de la serie. ¿Por qué? Pues porque resultan bastante parecidos a ti y a mi, mucho más que Carrie, Brody y su extraña familia. Eso sí, tienen sus peculiaridades, como todo humano, porque ¿qué madre española después de tener 17 años secuestrado al marido iba a dejar que se llevaran a su hijo al servicio militar?


Yo imagino a la mía y deja sordo al primer ministro de las voces que le mete. Perdón, primera ministra, que las mujeres tienen rebaja en el servicio militar obligatorio, pero es una mujer la que manda en el país. Incluso llevan mechas en el pelo (menudo pelazo tienen, por cierto), algo que en Estados Unidos o el Reino Unido es prohibitivo (por lo que cuesta, conste) parece que en Israel no tanto. No es de extrañar teniendo en cuenta que la manicura y el maquillaje es impecable y la moda es de lo más occidental. La ropa de los hombres no, deja bastante que desear.

Después de todo lo bueno que tiene Hatufim, lo mucho que me ha gustado y lo que puedes aprender (sí, las series pueden ser divulgativas a veces) un pequeño apunte marujonil: que poco miran los israelíes (de los libaneses ni hablo) por la decoración, por tener arreglada la casa o el coche. Paredes rosas, escaleras que se caen a cachos,... Un horror, chica.

No sé para qué quieren que me abra un blog de series, porque mira qué rollo para acabar hablando de decoración.
 

Template by BloggerCandy.com