miércoles, 19 de agosto de 2015

Los adjetivos más modernos (e innecesarios)

El castellano es un lenguaje lo suficientemente rico que aún así necesitamos rellenarlo con vocablos, casi siempre sacados del inglés, que suelen ser innecesarios y no siempre somos capaces a entender. En los últimos tiempos me he visto más de una, dos y tres veces recurriendo a ese pozo de sabiduría que es Google para saber de qué leches estaba hablando la gente.

Bueno, reconozco que esos vocablos aparecen principalmente en Twitter, donde todo el mundo es su moderno (decir progre es anticuado) y revistas estilo GQ. Y después de meses de búsqueda aquí va una recopilación de esos calificativos más modernos sin los que podríamos vivir perfectamente pero aún así sentimos la necesidad de utilizar.

Foto de Pinterest.
Foodie. Vale, es fácil, pero es que es mi preferido. La razón es más que evidente. Tiene que ver con comida, claro. Viene siendo un aficionado a la comida y a la bebida, pero solo cuando estas sean súper mega cuquis, súper mega decoradas y súper mega caras. Ah y súper mega exclusivas, a ser posible.

Vamos, el cuñado que se dejaba 150 euros en un menú degustación en que le daban de comer cuatro mini tapas y alardeaba de ello fue uno de los primeros foodies. Ahora puede serlo cualquiera que busca dónde comer un buen cachopo. Gente de bien, vamos. (Conocidos de toda la vida de Dios en Asturias como fartones).

Muppie. Lo siento, pero desde que supe de su existencia gracias a este artículo estoy empeñada en llamarlos muppets. A mi me suena a muppet. Bueno, que a lo que se dedican es a llevar una alimentación sana, tener un trabajo en que ganan una pasta, hacer ejercicio y tener una buena vida, en definitiva.

Al margen de que tú y yo creamos que esto es poco menos que una utopía, porque son jóvenes que rondan los 30 años y parecen saber qué hacer con su vida, su esencia radica en que no contentos con tener todo eso lo publicitan en las redes sociales. Vienen a ser los hypsters (esta palabra ya no es nada moderna) pero con pasta a raudales. No me queda claro si se afeitan o llevan barba.


Booktubers. Después de los bloggers, las egobloggers y los youtubers llegaron los booktubers. Los descubrí habrá un par de meses y hace unas semanas vi a tres en direcCinceramente gente que habla de libros (lo que no significa que hagan crítica literaria ni nada por el estilo) y lo suben a Youtube.

Basic bitch. Se trata de una especie que viene a ser prima lejana de la choni de toda la vida. Vamos, viene a ser la prima rica de la capital que en verano vuelve al pueblo y como tiene pasta usa palabras en inglés y es pija. Os hablé de ellas aquí y me siguen fascinando.

Crafters. Por si alguien aún no lo sabe una crafter es una persona que hace manualidades. Lo que pasa que en vez de llamarse manualidadera se llama crafter (adjetivo derivado de craft) que suena mucho mejor, más cuqui y más todo.

Si piensas en alguien que hace manualidades se te viene a la mente tu tía haciendo cuencos de barro o pintando ensaladeras. Las crafter son más modernas, más rubias, más altas y más todo.


Gordibuena y fofisano. Son la aportación en español y no sé si están relacionados, pero lo creo al ver que no existen gordibunos ni fofisanas. Gordibuena es una chica que tiene kilos de más y está buena. Fofisano es un chico que tiene michelines pero está sano.

No sé si alguien más ve la diferente connotación de uno y otro calificativo. El ejemplo de fofisano más conocido es Leonardo di Caprio con una minúscula cervecera. El de gorbibuena Christina Hendricks y sus curvas. Juzguen ustedes mismos.

Conste que hay otros calificativos como beliebers o gemelliers que no, no pienso ni comentarlos. Esos sí que me superan.

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