jueves, 19 de marzo de 2015

Los coleteros están de moda ¡Si Carrie Bradshaw levantara la cabeza!

Con esto de que en la moda todo vuelve ha llegado lo que algunos creíamos imposible: los coleteros vuelven a ser 'in'. Bueno, en realidad nunca lo fueron, pero se vendían como churros. Todas teníamos un par de ellos (mínimo) porque a las madres les parecían preciosos después de que sus hijas repudiasen las diademas. 

Probablemente el accesorio capilar más denostado de todos, por cutre y lo mal que queda, es un must de la temporada. Madre mía, si Carrie levantara la cabeza.




Una de las mejores tramas de la rubia de Sexo en Nueva York y Bender se debe al uso del polémico coletero, conocido en el mundo anglosajón como scrunchy (si hasta aprendo idiomas preparando los post). Él, como hombre que es, no tiene idea de cosas de moda y se cree que las neoyorkinas usan coletero para ir por la calle y ella se dedica todo el capítulo a sacarle de su error y explicarle que eso es de provincianas. No me cabe duda de que el scrunchy fue el motivo de ruptura entre los dos escritores.

Cualquier mujer (o adolescente por entonces) que haya visto Sexo en Nueva York sabe que el coletero es lo más antiglamour que te puedes imaginar y después de ese capítulo se deshizo de cualquiera que pudiera tener por casa y usase mientras se lavaba la cara -las bandas elásticas resultan más prácticas, ya os lo digo yo.

Y más de 10 años después de esto. De prácticamente haberte olvidado que existen los coleteros, salvo cuando comentas Sexo en Nueva York con alguien, va y te aparece una foto de un coletero en Intagram. ¿Cómo puede ser? Si mi Instagram es solo de cosas cuquis, en que no aparecería nunca nada desfasado, salvo que fuera vintage.

Foto sacada de Aliexpress
Me creo que es una falsa alarma, alguien que se ha equivocado. Pero no, al día siguiente más coleteros. Y en Youtube tutoriales de cómo hacer coleteros (recomiendo el de Pinafili, que es una artista). Y entro en Aliexpress y más coleteros (súper baratos y de topitos, por cierto).

Y llega ese momento en que una tiene dudas de que Carrie Bradshaw tuviera razón. Que miras con ojitos a ese trozo de tela con orejitas de conejo que envuelve a una goma y sabes que vas a caer, que caerás en la tentación, que acabarás comprándote un coletero. Y no uno, sino varios, porque qué difícil es escoger el color.

¿Pero sabéis que? Yo este verano no voy a llevar coleteros en el pelo, voy a hacerme con toda una colección de scrunchies porque sabes qué Bradshow. Soy de provincias.

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