lunes, 30 de marzo de 2015

Llega un nuevo superhéroe: las mamás autónomas

Que los autónomos son superhéroes que nunca enferman ni necesitan vacaciones lo sabíamos todos. Pero de un tiempo a esta parte han llegado a nuestro planeta un nuevo tipo de heroínas: las mamás autónomas. Son mujeres jóvenes, guapas, listas, que ponen en marcha una empresa, les funciona y que además tienen hijos y tiempo para difrutar de ellos. No os creáis que a veces no tienen solo uno, sino dos, incluso familia numerosa.

Son la definición perfecta de eso que se ha dado en llamar la conciliación familiar, porque ellas pueden con todo. Con montar una empresa desde cero y hacer que sea un éxito y hacer los disfraces para la fiesta de fin de curso de la guardería. Todo ello sin perder la sonrisa, sin dar un grito y sin que se les corra el rímel.


Son tan estupendas como sus empresas, como sus retoños y como sus maridos, esos sin los que nada sería posible tal y como les dicen constantemente en Instagram. Claro, que ellos de verdad deben ser detallistas porque les regalan flores porque sí, van a la compra por voluntad propia, preparan la cena y cuando pasan por delante del kiosco se acuerdan de comprarles su revista favorita. Y sí, ellos también son super profesionales, no lo dudéis.

Estas nuevas superheroínas probablemente tienen algún tipo de vinculación genética con los vampiros. Porque de otra manera no se explica como a ellas les da tiempo a hacer todo lo que hacen si sus días duran 24 horas como el del común de los mortales.

A primera hora de la mañana ya han colgado un post nuevo en su blog, dejado a los niños en el cole, se han arreglado (peinado y maquillaje incluido, nada de cara lavada y cola de caballo) y se dirigen sobre sus tacones a levantar su imperio armadas con un maxi bolso, una agenda super chula y un puñado de bolis cuquis de esos que tanto me gustan a mi. Su oficina es la delicadeza hecha estudio y nunca se les ha caído el café encima del macbook.

Su casa es estilo nórdico -aunque los muebles sean de Ikea, como los tuyos- y sabes que sus hijos no pueden ser del todo reales porque no hay manchas en la alfombra blanca, ni en el sofá blanco ni en las sillas blancas. Su zona de juegos está perfectamente colocada 24/365 como puedes apreciar en las fotos que cuelgan de vez en cuando en sus redes sociales.

Organizan fiestas de cumpleaños para 30 sin despeinarse y sin que su marido lo sepa. Igual de fácil que improvisadas sesiones de vermuth con las últimas novedades de Zara Home y son expertas en cocinar repostería, aunque lo suyo es todo autodidacta. Aún así, no engordan, porque todos los días se toman un batido verde y van al gimnasio de manera habitual.
Y con todo esto tienen tiempo de hacer networking, de participar en jornadas y ponencias, de gestionar el departamento de márketing de su empresa, el de comunicación, el de contabilidad... Todo pasa por sus manos y lo hacen sin mayor problema. Por qué ¿en quién confiar mejor que en si mismas para que todo salga bien?

Después estamos las mujeres autónomas que no somos madres, que no somos heroínas, que no nos da la vida para hacer las 867 cosas que tenemos apuntada en la lista de tareas de esta semana, que tenemos ojeras porque aunque durmamos siete horas soñamos con Hacienda y como el corrector no las hace desaparecer hace tiempo que dejamos de intentarlo.

Las que se olvidan de la cita del médico porque cuando se la dieron lo apuntaron en un post-it que vete tú a saber dónde se escondió, (aparecerá dentro de dos meses cuando vayas a hacer la trimestral del IVA), las que hacemos batidos (nunca verdes) cuando la fruta que compramos hace una semana para llevar una vida saludable se nos empezó a poner fea y las que tenemos que recurrir a Instagram para caer en que hace diez semanas que no pasas por la peluquería a teñirte.

¿La superheroína autónoma nace o se hace tras nueve meses? Lo que es seguro es que no tienen tanta obsesión por ilustrar post con gifs de Parks & Recreation.

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