miércoles, 17 de junio de 2015

Por qué mis veranos no son como los de los anuncios de cerveza

Desde hace unos años los anuncios de cerveza han eclipsado a los de cava. ¿Recordáis que la emisión del de Freixenet marcaba el inicio de la Navidad? Ahora ocurre lo mismo con los de cerveza y el verano. 

Freixenet no representaba la Navidad de nadie, mas que nada porque no conozco a nadie que tenga a burbujitas doradas en casa. Era algo festivo, grandilocuente, pomposo, dorado... Básicamente venía a decirnos que empezaban las fiestas, pero con la cerveza no es así.

Se empeñan una y otra vez en trasladarnos la idea de que lo que se ve en sus anuncios es una representación del verano, del tuyo y del mío. De los pringaos que se toman cervezas que cuestan menos de un euro la lata en el súper. Y no, mira no.



Lleva ya varios veranos dándole vueltas al tema (sí, conciendudamente) y he llegado a la conclusión de que ninguno de mis veranos se parece a nada de lo que venden en la tele. Y eso que vivo a cinco minutos de la playa. Pero es que en verano o estudiaba o trabajaba (trabajo) así que es imposible hacer lo que ellos me venden.

No me puedo pasar el día en la arena y la noche en el chiringuito. No me encuentro a extranjeros guapetones que deciden instalarse en mi casa, perdón, en mi casoplón de la leche en plena línea de playa. No me voy de excursión en barco a descubrir calas vírgenes. Y no tengo cubos de hielo con cervezas frescas.

No, mira. Si tienes trabajo no puedes pasarte tres meses en la playa (ni siendo profesor tienes tantas vacaciones). En verano te caen marrones como a todo hijo de vecino, en la playa, en la montaña o en la ciudad. Tu madre te sigue llamando para saber como estás. Tienes resacas igual, o mayores, que en invierno.

Te quemas, porque de estar todo el santo día en la playa te acabas quemando por mucha crema que te eches. Tienes que poner lavadoras y limpiar la megacasa, porque por mucho que solo uses bikinis y vestidos hay que lavarlos de vez en cuando. Incluso tendrás que ir a la compra para subsistir.
El corte de pelo que luce Dakota Johnson solo se consigue a base de plancha y secador, lo que viene a ser el infierno en la tierra en un sitio con humedad. Al tercer día sueñas con que el salitre te deje unos hermosos 'tochos' que te libren de peinarte lo que queda de verano.

Lo más parecido a los veranos de los anuncios de cerveza es cuando tenía 10 años y mis abuelos nos llevaban todos los días a la playa (incluso lloviendo) para que no diéramos guerra. No tomábamos cerveza, evidentemente, a lo sumo un helado si éramos buenos.

Eso o el verano en que acabé el instituto que no hice absolutamente nada. Claro está que eso implica no tener dinero para pegarte la vida que se pegan los que salen en el anuncio. Porque, en serio, ¿quién con pasta suficiente como para tener un verano sabático se lo pasaría bebiendo cerveza barata?

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