miércoles, 24 de junio de 2015

Cómo sobrevivir a(l bajón de) los 30

El título de este post le puede parecer ridículo a alguos (que hayan superado los 40 años), pero hay ciertos momentos en que se puede hacer cuesta arriba sobrevivir a la treintena, más concretamente a algunas de las cosas que le vienen parejas. Hace unos meses os hablé de que los 30 no son los 20 y hace unos días un amigo tuitero (@ConquerDG) me pidió un post sobre cómo sobrevivir a los 30, así que allá vamos.


Lo primero: los 30 es una cifra muy extensa, como que abarca una década. Los efectos de alcanzar la treintena puede padecerse justo al poner el 3 de la vela, cuando se tienen 35 o cuando ya estás encarrillando la llegada de los 40 años. Es como la crisis de los 30. A mi, que mira que me dan crisis por la edad, no me dio a los 30, sino a los 31, 32, 33, 34 y cuatro meses...

Así que si resulta que si falta seis meses para que cumplas los 32 y ves que se te cierran los ojos viendo Masterchef cuando antes aguantabas hasta las 3 de la mañana conectado al Facebook no te preocupes, es normal. Son cosas de la edad. Hombre puedes tener algo más serio así que no descartes consultar a un médico, pero es que Masterchef acaba a la 1 de la mañana y ya tenemos una edad como para no trasnochar por semana.


Sobrevivir al cansancio y sueño que se te despierta cuando estás en la treintena es fácil: duerme bien y descansa -que no siempre sabemos. Se acabaron las partidas a la videoconsola hasta las tantas o tomarse Coca Cola para cenar. La cafeína es algo que verás que desaparece de tu vida poco a poco, al igual que llegan las canas o las entradas.

¿Te acuerdas de que te reías de eso del yoga y las respiraciones para relajarte? Bueno, puede deja de reirte y empieza a buscar vídeos en Youtube. Descubrirás que puede gustarte y lo que es más importante ayuda a conciliar el sueño. Sí, ya me he adelantado a cuando me digas que es que duermes mal.

Invierte en colchón y almohadas y nada de echar cabezaditas en el sofá. "Si yo antes me quedaba dormido en cualquier sitio". Sí, y yo antes cenaba una cachopo entero y luego me iba de copas. Ahora solo de pensarlo el estómago se me da la vuelta. Y ese es otro de los terribles cambios de la treintena. No aguantas nada. Bueno, quizás es que antes no tenías un estómago sino un acorazado.

Lo de cenar a medianoche y acto seguido meterte en la cama olvídalo. Ardores. Pegarse el homenaje en la cena. Ardores. Regar la comida en picante. Olvídalo. Tu estómago ya no es lo que era y si no quieres ser un esclavo del Almax ya sabes que tienes que empezar a cuidar tu alimentación. Eso de fast food un día sí y otro también descartadísimo. Aborrecerás las hamburguesas al segundo día.


Y ahí entra la bebida. ¿10 cacharros (copas para los que no sois de Asturias) y dos rondas de chupitos? Olvídalo, no te aguantarás del estómago al día siguiente (o en un par de horas) y tu capacidad para recuperarte de una resaca se ralentiza. Si antes te bastaba con dormir la mañana ahora puedes tardar tres días en hacerlo. ¿Eso cómo se arregla? Bebe con moderación o hazlo cuando puedas morir en el sofá durante tres días consecutivos.

Tu memoria ya no es lo que era desde que tienes 30. Puede que el alcohol se haya comido bastantes neuronas si eras asiduo a las 10 copas en una noche, pero también es cosa de la edad. Tú que antes no tenías necesidad de apuntar nada y te sabías los números de teléfono de todos tus amigos de la infancia descubres que ahora no solo se te olvida cuándo tenías citas con el dentista, sino hasta que tenías que ir a mirarte las caries.

Pues ahora tienes el smartphone y mil aplicaciones para ayudarte a recordar cosas y hazte con una buena agenda (sea en el móvil o de papel). Y para los nostálgicos del escribir a mano ya sabes, un buen taco de Post it para que no se te pase nada.


Y un día te descrubirás apuntando (en la agenda o los post it) 'copas con las chicas'. Porque ya no sales todos los fines de semana, cuando lo haces se convierte en un acontecimiento o una obligación. Tu cuerpo no lo aguantaría, pero reconócelo, tú lo que quieres es quedarte en el sofá enrosacada en la manta viendo por trigésimo octava vez El diario de Bridget Jones. 

En conclusión, para sobrevivir a(l bajón de) los 30 hay que empezar a comportarse como un adulto, que al fin y al cabo es lo que se supone que somos. Los 20 fueron un tiempo extra robado a la adolescencia, no lo dudes. Con los 30 llega el momento de buscar otras formas de disfrutar y hacer las cosas. Solo hay que encontrarlas.

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