miércoles, 20 de mayo de 2015

Qué hacer para tener una cuqui life

Lo reconozco. Desde hace unos meses he incorporado la palabra 'cuqui' a mi vocabulario. Es más, en Instagram me hago la moderna y hablo de 'cute things' con tal naturalidad que tal pareciera que me voy de pintas por Covent Garden cada viernes.

¿Y qué es el cuqui life?, os estaréis preguntando a estas alturas. Básicamente es rodearse de cosas bonitas, vivir en Cuquilandia, que viene a ser como un Cortylandia permanente en que los juguetes son sustituidos por libretas, marcos de fotos, jarrones, flores y láminas con frases inspiradoras.

¿Quieres pertenecer a esta cuqui life? Pues ahí van las claves para saber cómo crear tu propia Cuquilandia. Es un viaje sin retorno. Avisados vais.

Foto de Pinterest

Consulta el saldo de tu cuenta, coge la calculadora del móvil y echa número para saber cuánto presupuesto puedes destinar al mes a ser cuqui. No, no exagero. Pertenecer a Cuquilandia tiene un precio y como no te controles puedes acabar sufriendo mucho a final de mes. Si te fijas un tope mejor que mejor. Luego no me digas que no te advertí.

Ya que tienes el teléfono en la mano ábrete una cuenta de Instagram. Y otra de Pinterest. Serán tus fuentes de inspiración y el medio para presumir ante el personal de tu cuqui life, porque seguro que a tu marido, amigas y vecinas del cuarto les importa un carajo tu último DIY. Y si muestran el más mínimo interés es para luego criticarte.

Mira lo que te rodea (principalmente en tu casa o lugar de trabajo) e inmortaliza lo que te gusta, eso que crees que es súper cuqui, moderno y tendencia. Súbelo a las redes sociales. En un par de días descubrirás que no, que está más pasado de moda que la tendencia animal print.

Y ya que estás en las redes sociales (y confiando en que no tengas nada importante que hacer durante las próximas tres horas) busca stationary, DIY y handmade, palabras que quizás ahora no conozcas, pero que serán tu Santo Grial. A partir de ahí descubrirás que se abre ante ti todo un mundo nuevo y desconocido. Es como entrar en el armario que te lleva a Narnia, solo que no te garantizo que puedas salir de ahí.
Foto de Pinterest
Lo primero que has de saber: el washi tape pasa a ser un elemento de primera necesidad en tu casa y no sabes cómo has podido vivir hasta entonces sin él SI SIRVE PARA TODO. De paso ya te digo que Martha Steward se convertirá en tu Dios particular.

Descubrirás una cantidad inconmensurable de bolígrados súper cuquis (ya te estás haciendo con el lenguaje), morirás de amor (otra expresión de la cuqui life) con láminas, postales y casi cualquier ilustración esté impresa donde sea.

El mint es tu color favorito, de toda la vida de Dios. Y lo introducirás en camisetas, bolsos, botes de lápices, calendarios, guirnaldas (una ququi girl no es nada sin una de estas en su casa) y cualquier objeto que se te pueda pasar por la cabeza. De paso descubres una nueva gama cromática de colores con innumerables combinaciones posibles.
Foto de Pinterest
Tu única obsesión a partir de entonces será: ¿dónde lo compran? Y de ahí a convertirte en una experta en tiendas de cosas cuquis hay un paso. Si encima vives en una ciudad pequeña la red se convertirá en tu mejor amiga y te sabrás de memoria el catálogo, gastos de envío y plazos de cualquier tienda del sector que se precie.

Desarrollas una nueva relación con los repartidores. Te sabrás los horarios a los que pasan los de MRW, SEUR, TNT... y hasta Correos (tú sabes que existe el de toda la vida y otro que viene en furgoneta y trae paquetes grandes). Ellos también te conocen -aunque creas que no. Se saben tu nombre, en qué tiendas compras y te saludan por la calle. Cuida esa amistad.

Solo bebes en jars y en termos de café para llevar. Y no tienes más de dos platos de la misma vajillas. Te compras platos y vasos sueltos porque es lo que se lleva, aunque a tu madre eso no se lo dices para que no crea que eres pobre.
Foto de Pinterest.
Por cierto los termos de café no son para café, porque en Cuquilandia se toman infusiones y si acaso chai-late, algo que aún no tengo muy claro que lleva pero que sabe más dulce que la leche requemada que te daba tu abuela cuando de pequeña te ponías mala de la garganta.

Amarás el DIY sobre todas las cosas. Y da igual que tus conocimientos sobre artesanía se limiten a haber visto más veces de las que puedes confesar Ghost. Intentarás hacer la bufanda multicolor que viste en el Instagram de una sueca y si hay algún evento en la familia harás invitaciones personalizadas pensando que eres una experta en caligrafía. Te darás cuenta que no cuando sea demasiado tarde para encargar otras en la imprenta.

La decoración alcanza un nuevo nivel para ti. Sabrás explicar en qué se diferencia el estilo nórdico del industrial y morirás de amor por hacerte con una lámpara que imita a las que usaban los mineros a principios del siglo XX. Y sabes que los cojines son básicos para cambiar el ambiente de una estancia.

Llegados a estas alturas, ¿ya vives en Cuquilandia?

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