jueves, 10 de septiembre de 2015

Diccionario para dártelas de seriéfilo pro

Ser seriéfilo está de moda y lo creáis o no es un tema de conversación de lo más socorrido. Sirve tanto para las típicas escenas de ascensor como para ligarte al compañero pelín friki de la oficina. Ver series es algo que más o menos todos hacemos, pero dárselas de seriéfilo (profesional) requiere de algo más.

No hace falta siquiera que te hayas visto todas las series de David Simon, ni que seas capaz de recitar los diálogos de The West Wing. Ser seriéfilo, en ocasiones, se trata de aparentar y para conseguirlo lo que necesitas es un buen vocabulario, que te haga quedar como un entendido.

La temporada seriéfila en España ya ha empezado esta semana y la de Estados Unidos está a la vuelta de la esquina así que este es el momento perfecto para presentarte el diccionario para dártelas de seriéfilo profesional. Es una herramienta válida para ligar, aunque no me hago responsable de que funcione al cien por cien. Todo será probar.


Hate watching. Una de las nuevas expresiones y que en realidad no tiene lógica. Como habrás adivinado hace referencia al acto de ver cosas que odias. ¿Para qué?, dirás tú. Pues parece ser que por el mero hecho de criticarlas después en Twitter.

Binge watching. Es uno de mis términos seriéfilos favoritos. Se puede traducir al castellano como 'atracón de series' o 'maratón'. Y es que es eso, cuando te sientas al sofá y ves pasar los capítulos por delante de ti de manera sucesiva durante unas cuantas horas.

Dicen que la expresión viene de Netflix que cuelga todos los episodios de sus series el mismo día. Eso será porque no conocían las reposiciones de Los Serranos de Factoría de ficción o los de The big bang theory de Neox. El binge watching nacional absoluto fue cuando Cuatro emitió, casi de madrugada, los tres capítulos de la primera temporada de Black Mirror.


Showrunner. Se trata del jefe absoluto de una serie, o de varias. Es el que dirige el cotarro, manda y toma cualquier decisión, desde quién muere hasta qué van a desayunar los personajes. Viene a ser una suma de productor+guionista+director. Es una de esas palabras que las dejas caer en cualquier conversación sobre series y evidencian que sabes de lo que hablas.

Los básicos para tu conocimiento son Shonda Rhymes (Anatomía de Grey, Scandal, How to get away with murder...) y Ryan Murphy (American Horror Story, Glee...). en España lo más parecido a un showrunner norteamericano es Javier Olivares (El ministerio del tiempo).

Cliffhanger. Su traducción al castellano sería algo así como 'salto al vacío' y es que puede llegar a provocar esa misma sensación de ansiedad en el espectador. Se trata de una escena impactante que no acaba de resolverse hasta el siguiente capítulo o la próxima temporada.

Guilty pleasure. 'Placer culpable' y no hablo de chocolate. Son esas series que aunque no se les da mucho crédito tienen algo que hace que enganche. Son las que yo denomino mamarrachadas y su máxima expresión son Pretty little liars, sin olvidar Scream o Galavant.


Upfronts. Los próximos vocablos determinan la vida de las series, por así decir. Y empezamos con los upfronts, que son los actos en que las cadenas anuncian qué series nuevas tendrán la próxima temporada. Se celebran en mayo y también sirven para confirmar el fin de alguna de las producciones que tuvieran en marcha.

Midseason. La temporada televisiva por excelencia en Estados Unidos es la que empieza en septiembre, octubre. Pero hay otra que cada vez se ha vuelto más potente y es la que se inicia en el primer trimestre del año y se llama midseason. A la temporada de veranos se le tiene tan poca estima que no tiene nombre propio.

Back nine. Cuando se anuncia en los upfront el estreno de una serie se le suelen dar 13 capítulos para producir (aunque si es un desastre puede que no se lleguen a emitir todos). Si funciona se le dan otros nueve episodios (ese back nine) para que consiga una temporada completa de 22, que es lo que desean todos.

Rescate, resucitar o rescue (que en inglés suena todo mejor). Se ha puesto de moda en los últimos años gracias a Yahoo, Amazon o Netflix, básicamente. Cuando una cadena da por finalizada una serie puede venir otra a rescatarla y concederle nuevas temporadas en su canal.

Suele ocurrir con producciones que tienen un gran respaldo de fans (conocido seriéfilamente como fandom), como ocurrió con Community (aunque hubiera sido mejor dejarla morir en paz).


Spin off, crossover, precuela y remake. Desde hace años las series nacen, se relacionan, mueren y hasta pueden resucitar tiempo después. Probablemente debido a que las ideas se agotan es cada vez más habitual tirar de lo ya conocido para crear nuevas funciones. De ahí salen estos términos.

El crossover es cuando personajes de una serie van a otra por uno o dos capítulos entremezclándose las tramas de las dos producciones. CSI hizo crossovers con sus cuatro series. Eran los reyes del crossover.

El spin off es cuando un personaje y su trama da lugar a otra serie y abandona la inicial, como ocurrió con Addison Montgomery que se fue de Anatomía de Grey, donde era una secundaria cornuda, a Private Practice para ser protagonista.

La precuela es aquella serie nace para explicar la historia previa a lo que cuenta otra producción. Es el caso de Gotham con Batman (aunque aquí se unen película, serie y cómics).

Y los remakes son los que tanto están de moda porque básicamente son resurrecciones de series que antaño funcionaron muy bien, con un salto temporal importante. Está en marcha el de Padres forzosos y se habla del de El príncipe de Bel Air, por ejemplo.

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