viernes, 23 de octubre de 2015

Las cinco series que más hambre provocan

Las series de televisión son capaces de provocar angustia, deseo e incluso que uno se identifique con los personajes y tramas que en ellas transcurren. Pero también son capaces de provocar una hambre descomunal que bien podría asociarse a la gula.

Ríase usted de los desayunos patrocinados de Médico de familia o Los Serrano. Hay capítulos (de series americanas, casualmente) que en cuanto uno acaba de verlos, incluso antes, siente la imperiosa necesidad de comer como si no hubiera mañana. Ya fuera lo que ahí se ve, ya sea otra cosa. 

Y sí, por lo general el objeto de deseo está cargado de grasas y no de verduras y pescado a la plancha. Una curiosidad más: entre las cinco series que más hambre provocan de la televisión en ninguna hay protagonistas del mundo culinario, como pudieran ser Friends o Kitchen Confidential.


1. Los Soprano es la serie por excelencia que más hambre provoca. La he visto este verano, en plan maratón, y tengo una dependencia de pasta que no se me acaba de ir ni después de haber acabado la serie.

Vale que hay un secundario que es cocinero, pero a mi no me interesan los platos de Artie Bucco -aparecen en este libro-, sino los de Carmela. El pollo a la cacciatore me llegó a perseguir incluso en sueños y ya de la fantasía de sabores que tengo montada en mi cabeza respecto a los canolli mejor ni hablamos.

2. Hannibal y cómo sentirte mal porque te dé hambre. Las sensaciones provocadas por esta serie en sus primeros capítulos eran contradictorias. ¿Cómo me van a dar hambre escenas en que están cocinando carne humana?

Pues me la daban. A mi y a la mayor parte de la gente que veía la serie, que estuvimos meses embelesados con las recetas de Hannibal. Cuando una es de tendencia 'carnívora' resistirse a salchichas caseras o casquería tratada de la manera más refinada es muy difícil, aún sabiendo que son humanas.

3. Las chicas Gilmore. Los desayunos de Luke, las compras al por mayor de regalices, patatitas y demás guarradas que uno se pueda imaginar, la tienda de caramelos de Taylor y todos los festivales gastronómicos que se montan en Stars Hollow a la mínima de cambio son una tortura para alguien a dieta.


ADVERTENCIA: No veais esta serie si estáis intentando adelgazar. Es un sufrimiento total y absoluto. No solo genera ansiedad sino también pesadillas y cierto recelo hacia las dos protagonistas que son dos sílfides a pesar de sobrevivir a base de chuches y los desayunos de Luke.

4. The big bang theory es la serie de comida basura. Probablemente esto sea una cosa personal y sin lógica ninguna, lo reconozco. Fue la primera serie con la que detecté dependencia culinaria al acabar de verla y empezó a hacerse habitual que mis cenas de los viernes fuesen kebak.

No sé cuál es la razón, pero ver a los protagonistas cenando en el salón chino, italiano o vietnamita a mi me genera deseo de kebak. ¡Incluso aunque cenaran en The cheesecake factory!

5. Parks & Recreation. ¿A vosotros os gustan los gofres o solo os atrae su olor y a los dos bocados os habéis saciado? A mi me pasa esto último. Es con la única comida dulce que me ocurre y lleva siendo así desde hace muchos años así que sé que es tontería comprarme un gofre.

Eso fue así hasta que me vi cinco temporadas de Parks en un mes. Mi lógica teoría sobre el consumo de gofres se fue al carajo porque es la comida preferida de Leslie Knope. Y tienen que ser algo tan maravilloso como ella. Pues ahí sigo debatiendo conmigo misma desde hace un par de años.

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