domingo, 19 de abril de 2015

El decálogo para ser un emprendedor molón

Hasta hace unos años había autónomos de un solo tipo: pringao. Todos tenían que pagar su cuota mensual, echar una cantidad de horas infernales en la empresa y cada tres meses hacer la declaración del IVA. Todo ello con sus consiguientes cabreos. Desde hace un tiempo hay dos tipos de autónomos: el de pringao de toda la vida y el emprendedor. Éste último es compatible con las ya conocidas heroínas mamás autónomas.

Se puede decir que el emprendedor es un autónomo molón. Él emprende porque está en su naturaleza ser su propio jefe (me da la risa floja cada vez que se dice eso), crear un ambiente de trabajo agradable, gestionar sus proyectos y su tiempo y todo ello haciendo cosas súper molonas que nadie antes había hecho antes.

Si no conocéis a ningún autónomo molón os estaréis preguntando si es que son personas que han creado algo nuevo. Ya os contesto yo: no, son gente que hace lo mismo que se hacía antes pero que se vende mejor. Y así empezamos con el decálogo del emprendedor molón.




1. Saben venderse como nadie. Es básico saber venderse y hacer creer a los demás que lo que uno ofrece es la panacea cuando no lo es tanto. Normalmente una persona 'normal' no entiende siempre a qué se dedican. Te dirán que son de las pocas personas en el mundo, sino la única que sabe hacerlo, y que eso será el futuro. Habitualmente en la descripción de su trabajo intruducen un par de palabras en algún otro idioma ya alcanzan un nivel superior.

2. Tener contactos. Los emprendedores molones no tienen amigos, no tienen compañeros, no tienen vecinos. Tienen contactos. Y son, como ellos, contactos molones. Gente que hace cosas igual de innovadoras y súper geniales que ellos. No tienen ningún amigo que sea contable en una empresa ni otro que sea profesor en un colegio. 

3. Saben de todo. Son el máximo exponente de que todo español lleva dentro un entrenador de fútbol o un periodista. Ellos, además, saben de informática, redes sociales, de física cuántica y si les das una tarde a buen seguro que te descubren quien era Jack, el destripador.

4.Son frikies, pero solo un poco. Lo justo. Ya os dije que saben de todo y en esa totalidad se incluyen los últimos lanzamientos de cómics manga, la película iraní que ganará el Oscar a mejor cinta extranjera el año que viene y se han leído todos los libros de George R. R. Martin y se saben los nombres y vínculos de todos los personajes. Pero no visten de negro ni se compran figuritas de coleccionista.


5. Cuentan lo maravillosa que es su vida, y también sus reflexiones sobre lo humano y lo divino, en las redes sociales. Tienen cuentas en todas las redes sociales y miles de seguidores porque están continuamente actualizándolas para que veas lo maravilloso que es todo lo que hacen y lo bien conectados que se encuentran. Por si lo dudabais sí, también saben de fotografía (y de filtros de Instagram) y tienen su propio blog.

6. Son runners. ¿Creíais que era incompatible ser friki con ser deportista? Esto es porque no has conocido a un emprendedor molón. Ellos hacen running por las mañanas y de noche ven Juego de tronos. Practican el healthy life al tomarse un batido verde después de haberse hecho sus kilómetros diariospero también conocen las mejores hamburgueserías gourmet de la zona. Son la expresión exacta de equilibrio.

7. Sin hueco en la agenda. Si aún eres su amigo pero no eres un contacto que les pueda ser interesante profesionalmente te será más difícil quedar a tomar café con ellos que acertar una Quiniela. Todas las semanas tienen algún encuentro con otros emprendedores igual de molones que ellos.


8. Intentan que todo su entorno se convierta en un emprendedor molón, como si fuera la secta del autónomo. Ser emprendedor es lo mejor que les ha pasado en la vida y quieren que todo el mundo sea emprendedor como ellos. Intentarán arrastrarte a alguna de sus quedadas donde te sentirás un extraño desconectado del mundo.

9. Siempre tienen proyectos entre manos.Cuando te los encuentras por la calle y les preguntas qué tal les va la vida te dirán que tienen un proyecto interesante y revolucionario en las manos  y que están trabajando a destajo, normalmente junto a otros emprendedores molones. Nunca más sabrás de ese proyecto ni de los 800 más que pondrá en marcha.

10. Guardan un gran secreto:  nadie sabe cuándo trabajan. Nadie lo sabe a ciencia cierta, puesto que entre ir a reuniones, idear nuevos proyectos y contarlo en las redes sociales pocas horas les quedan al día para dedicarse a trabajar (ya sin contar las que son necesarias para ir dormir, comer o asearse.

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